1. Oh, cuán pleno, cuán profundo el amor que da Jesús. Es más hondo que los mares, plenitud de dulce luz. Me sumerjo, me entrego al caudal de Su amor que me lleva, siempre lleva, al hogar de resplandor.
2. Oh, cuán pleno, cuán profundo el amor del buen Señor. De las tierras a las costas todo pueblo rinda honor. Por los Suyos desde el cielo vela siempre el buen Jesús. Por Sus hijos Él aboga, Cristo, Rey de la virtud.
3. Oh, cuán pleno, cuán profundo el amor del gran Yo Soy; es el mar que yo navego, puerto es a donde voy. Oh, cuán pleno, cuán profundo el amor que Él me da, que me eleva a la gloria, a la gloria celestial.