1. Cuando rujan las tormentas, ven a mí; cuando rujan las tormentas, ven a mí. Si me acecha tempestad, cual velero en alta mar, Tú, que riges viento y aguas, ven a mí.
2. En errores y caídas, ven a mí; en errores y caídas, ven a mí. Si entrego lo mejor y encuentro incomprensión, Tú, que a mí bien me conoces, ven a mí.
3. En las pruebas y aflicciones, ven a mí; en las pruebas y aflicciones, ven a mí. Si me hallo en tentación y decae mi corazón, Tú, que nunca pierdes luchas, ven a mí.