1. ¡Mirad! Reales huestes ya entran a luchar con armas y banderas, el mal a conquistar. Sus filas ya rebosan con hombres de valor que siguen al Caudillo y cantan con vigor:
¡A vencer, a vencer por Él que nos salva! ¡A vencer, a vencer por Cristo Rey Jesús! ¡A vencer, a vencer, a vencer por Cristo Rey Jesús!
2. El enemigo viene con fuerzas a luchar, mas ellos no le temen; les sobra el valor. Y su Caudillo grita: “Sed fieles sin temor”; y miran su bandera y cantan con vigor:
¡A vencer, a vencer por Él que nos salva! ¡A vencer, a vencer por Cristo Rey Jesús! ¡A vencer, a vencer, a vencer por Cristo Rey Jesús!
3. Y cuando se acabe tan larga lucha cruel, y todos ya descansen con su Caudillo fiel, a Cristo Rey eterno, las huestes con amor le alzarán victorias, cantando con vigor:
¡A vencer, a vencer por Él que nos salva! ¡A vencer, a vencer por Cristo Rey Jesús! ¡A vencer, a vencer, a vencer por Cristo Rey Jesús!