1. ¡Murió! El Redentor murió, e Israel por Él lloró. El mundo se obscureció; la tierra de dolor tembló.
2. Venid, oh santos, y mostrad a Él eterna gratitud. Su santa sangre aceptad, preciosas gotas de virtud.
3. ¡Cuán grande sacrificio fue! Su gloria celestial dejó. Cantad loor a vuestro Rey, que vive aunque ya murió.
4. Jesús la tumba dominó; un coro celestial bajó; en alto a su Rey llevó; con gloria se le coronó.