1. La voz, ya, del Eterno nos llama otra vez a que seamos justos, cumpliendo con Su ley. Que nos amemos todos sin mal ni altivez, y que al descarriado llevemos a la mies.
2. Las vidas mejoremos, amando la verdad. Los vicios desechemos, y la iniquidad. Pues es mejor la vida de paz y de bondad que negros sufrimientos en la eternidad.
3. Con fe, con esperanza, roguemos al Señor que brillen nuestras vidas con celestial amor Él nunca se olvida del mundo que formó, y quiere bendecirnos y darnos salvación.