1. Dulce Tu obra es, Señor; concédeme rendir loor por el amor que Tú nos das y que nos llena de solaz.
2. Dulce me es el adorar; con fe te quiero venerar. Haz que mi corazón, Señor, rebose de bondad y amor.
3. Mi corazón es tuyo hoy; bendito seas, gran Señor. Tus obras, cuán perfectas son; cuán infinito Tu amor.
4. Con cuánto gozo cantaré; Tu gran bondad ensalzaré al verme cerca de Tu faz, gozando de sublime paz.
5. Ya no tendré más tentación, faltas, dolor, ni aflicción; habré vencido la maldad, y yo tendré felicidad.
6. Entonces bien comprenderé lo que en vida ignoré, y con divina potestad moraré por la eternidad.