1. Oh vos que sois llamados a ministrar por Dios, con santo sacerdocio, llamados por Su voz a predicar al mundo palabras de solaz, y alto en las montañas, verdad, amor y paz.
2. Oh, desechad jactancia y vana ambición; sed puros, pues, y santos, y fuertes en unión. Al resonar las nuevas, con poderosa voz, decid a las naciones: “Amad a vuestro Dios”.
3. Cesad de ligerezas y toda vanidad. Orad continuamente; sed firmes en verdad. Él os dará consuelo y os enseñará; estará con vosotros, y os protegerá.
4. Sus dones os esperan; la fe Él os dará. Podréis vencer la muerte; Él os coronará, y pronto con los fieles iréis a habitar; junto con los conversos, la paz podréis gozar.