1. Por Tus dones loor cantamos, oh Dios, eterno Dios.
A Tus hijos fuerza diste; alentaste con Tu voz.
A Tus siervos has llamado que sieguen con su hoz.
Por Tus dones loor cantamos, oh Dios, eterno Dios.
2. Por las obras de los inicuos sufrimos gran dolor,
mas nos diste resistencia; nos llenaste de valor.
Por doquier hemos sufrido persecución atroz.
Por Tus dones loor cantamos, oh Dios, eterno Dios.
3. Por gozar de Tu influencia, Tu don espiritual,
por las fuentes de las aguas y belleza terrenal,
por las bestias y los peces, y pájaro veloz,
Por Tus dones loor cantamos, oh Dios, eterno Dios.
4. Ha quedado en nuestras manos Tu faro, oh Señor.
Ante Tu altar rendimos reverencia y amor.
Nuestra tierra escogida herencia es de Dios.
Por Tus dones loor cantamos, oh Dios, eterno Dios.
Letra: Felicia D. Hemans, 1793–1835; adaptación de Edward L. Sloan, 1830–1874.
Música: Evan Stephens, 1854–1930.