1. Tal como un fuego se ve ya ardiendo
el Santo Espíritu del gran Creador.
Visiones y dones antiguos ya vuelven,
y ángeles vienen cantando loor.
Cantemos, gritemos, con huestes del cielo:
¡Hosanna, hosanna a Dios y Jesús!
A ellos sea dado loor en lo alto,
de hoy para siempre, ¡amén y amén!
2. Aumenta el Señor nuestro entendimiento;
tal cual al principio nos da Su poder.
El conocimiento de Dios se extiende;
el velo del mundo se ve descorrer.
Cantemos, gritemos, con huestes del cielo:
¡Hosanna, hosanna a Dios y Jesús!
A ellos sea dado loor en lo alto,
de hoy para siempre, ¡amén y amén!
3. Haremos con fe asambleas solemnes;
el reino de Dios vamos a extender;
y las bendiciones y glorias del cielo
como una herencia podremos tener.
Cantemos, gritemos, con huestes del cielo:
¡Hosanna, hosanna a Dios y Jesús!
A ellos sea dado loor en lo alto,
de hoy para siempre, ¡amén y amén!
4. ¡Qué día dichoso en que los leones
con mansos corderos se acostarán!
En paz Efraín gozará bendiciones,
y Cristo, en gloria, del cielo vendrá.
Cantemos, gritemos, con huestes del cielo:
¡Hosanna, hosanna a Dios y Jesús!
A ellos sea dado loor en lo alto,
de hoy para siempre, ¡amén y amén!
Letra: William W. Phelps, 1792–1872. Se cantó este himno en la dedicación del Templo de Kirtland en 1836.
Música: Henry Tucker; apr. 1863.