1. Sus manos ponen sobre mí,
pronuncian la oración
y el Espíritu me llena,
lo siento en mi interior.
Intenté tenerlo siempre,
en toda situación.
Era mi fiel compañero.
Un tiempo duró.
Mas cometí errores que aún lamento hoy.
Debí tenerlo en mí, pero ahora estoy.
Tan vacío,
solo, es como estoy.
No hay sustancia en mí,
sin este don.
Pero supliqué Su ayuda,
el pecado abandoné,
y ya vacío no estaré.
2. Cuando no tengo esperanza
y siento decepción,
me ayuda, me consuela,
me cubre con amor.
No podría ya vivir sin este don,
pues a cambiar
mi vida Él me ayudó.
Tan vacío,
solo, es como estoy.
No hay sustancia en mí,
sin este don.
Pero supliqué Su ayuda,
el pecado abandoné,
y ya vacío no estaré.
Su bondad hoy me llena,
siento Su paz,
hoy mis misiones
van más allá.
Y le agradezco que el pasado ya cambié,
pues yo nunca, no, yo nunca volveré.
Tan vacío,
solo, es como estoy.
No hay sustancia en mí,
sin este don.
Pero supliqué Su ayuda,
el pecado abandoné,
y ya vacío no estaré.
ya vacío no estaré.